20 de agosto de 2011

Acerca del Mercado Victoria

Galpones ladrilleros reciclados como comercios. Foto gentileza Ing. Ricardo Trobiani
La pésima intervención que se desarrolla por estos días en algunos de los galpones del ex Mercado Victoria pareciera sugerir que no existen demasiadas alternativas de uso de estos bienes sino es a través de demoliciones inadecuadas o readaptaciones como galpones para depósito. Idéntico (y desacertado criterio) prevaleció cuando el municipio --propietario del bien-- decidió demoler el galpón de cargas (500 m2) de la ex estación ferroviaria del ferrocarril Rosario Puerto Belgrano para dar lugar a una playa de estacionamiento. Si embargo, son sobrados los ejemplos de como se puede intervenir en estos edificios cargados de historia, arte e identidad, sin alterar su fisonomía y sumando al nuevo uso el invalorable aporte de una arquitectura que abrió el camino a los arquitectos modernos.

Casas que se van

Laprida y Alsina, una esquina que cambiará

"Rápidamente la ciudad se destiñe ante tus ojos, se borran los rosetones, las estatuas sobre las ménsulas, las cúpulas". Italo Calvino, de Las Ciudades Invisibles.

El boom de la construcción sigue dejando su marca en la nueva década y cada día más vallas y más demoliciones van poblando el escenario urbano. La nueva ciudad avanza sobre las viejas casonas que hoy ocupan terrenos que se cotizan muy por encima del valor de los sobre ellas construidos. No son casas patrimoniales, en el sentido de estar inventariadas como tales. Pero son casas que se van. Que se despiden luego de décadas de ser parte del paisaje construido, de haber servido de referencias barriales, de haber contenido vidas e historias.


Por eso resulta sano cuando se puede hacer un mínimo relevamiento fotográfico de esos bienes, registrar su arquitectura, los detalles de una calificada mano de obra que ya no existe, generar un testimonio de su existencia. Demasiadas veces la velocidad de las demoliciones no dan tiempo a ese acto. En este caso una casona de atractivo revoque simil piedra de calle Rodríguez al 300 -semidemolida-, y otra en la esquina de Laprida y Rodríguez, de frente ladrillero, sin dudas una de las más antiguas del lugar. Son casas que de van, casi sin pena ni gloria, para dar lugar a una nueva ciudad.

Rodríguez al 300, la demolición ya avanzada

6 de agosto de 2011

Manos profanas


"Manos Profanas" escribió en la década del 80 el arquitecto Enrique Cabré Moré al definir a quienes habían degradado el edificio art nouveau construido en 1911 por la compañía de seguros La Previsora en la esquina de Alsina y San Martín, en Bahía Blanca, despojándolo de molduras y cerámicos para "modernizarlo", transformándolo en un híbrido que poco y nada tiene para decir. Una expresión similar surge cuando se tiene que mostrar lo que por estas horas ha realizado la firma Mercado Victoria SA en los galpones que ocupa en el ex Mercado Victoria, conjunto edilicio construido a fines del siglo XIX por los ingleses del ferrocarril Bahía Blanca al Noroeste (BBNO). En una intervención a todas luces inexplicable, abrieron dos vanos sobre uno de los muros ciegos de esos edificios, atentando con total impunidad sobre una maravilla de la arquitectura como era esa pared ladrillera, con molduras y entrantes, trabajado el centenario ladrillo de una manera irrepetible, dejando en el camino una obra de arte que da cuenta de la historia más trascendente de nuestra ciudad.
Los galpones vistos desde calle Undiano, antes de ser dañados
Los muros perforados, atravesando molduras y guardas

5 de agosto de 2011

La escarapela de Salamone

Municipalidad de Carhué, 1938/1940
 Carhué es una de los localidades bonarenses que mejor conserva la obra de Francisco Salamone, sobre todo por la cantidad de elementos originales que mantiene en algunos de sus edificios. Recorrer, por caso, el palacio municipal es algo maravilloso. Muebles, luminarias y carpintería son algunos de los muchos detalles diseñados por Salamone que se conservan, a pesar de los 70 años transcurridos desde su colocación. Entre esos elementos se destaca, en el salón de actos, un artefacto de iluminación que simula hacer las veces de gran escarapela, sobre la pared de fondo del lugar. A ese rico detalle se suman las sillas art déco y otros artefactos colocados en el cielorraso. Salamone que sigue maravillando y sorprendiendo, a cada paso.

Salón de actos, sillas art déco y la escarapela sobre la pared

La ciudad que ni recordamos

Si bien es habitual pensar que la demolición de viviendas en Bahía Blanca comenzó en la década del 80, la realidad indica que fue a partir...